28 de septiembre

El procedimiento de la terapia psicológica es crear significado de la vida propia, de las emociones, de los sentimientos, a través de la conversación. Por ello, cuando mis amigas me dicen que hablar ayuda a procesar la angustia, el miedo y la desesperación que siento, tiene sentido. El problema viene con quién y cómo hablarlo. Ellas dicen que puedo hablarlo con ellas, pero me angustia compartir con ellas los terribles pensamientos que me poseen a veces.


De qué manera hablaré con mis amigas del encabalgamiento mental que me lleva a pensar en que suicidarme es una opción oportuna en este momento, pero que no lo puedo hacer porque estoy en esta ciudad y llevar mi cuerpo a Ciudad Juárez o enterrarme aquí supondría un gasto y un trámite burocrático para mis papás que les gustaría ahorrarles. Además de que no quiero traumar a mis sobrinas. Entonces, cómo les cuento que lo que he resuelto es suicidarme en Ciudad Juárez en diciembre, aunque el problema de eso es que de todos modos traumo a mis sobrinas y a mi familia. Cómo hablo, entonces, de que no tengo opción y tengo que seguir viviendo esta vida que cada vez me cuesta más.


¿Qué es lo que me cuesta? Si vivo en una de las ciudades emblemáticas del mundo, trabajo en lo que siempre soñé, cada día me va bien, tengo amigas, amigos, familia, tengo todo. En serio, no me falta nada. Me cuesta sentirme tan mal a pesar de tener todo para sentirme bien. ¿Cómo hablar, entonces, de que mi capacidad de gozar es nula y que esto me aterra porque sé que perderle es sentido a la vida es el paso previo antes de suicidarse? ¿Cómo hablo de que pensar en el suicidio me lleva a imaginarme muerta en mi cuarto por una semana continua sin que nadie se percate de que morí? Tal vez eso no pase, porque hay muchas personas con quienes converso diario, pero no puedo evitar imaginarme muerta y sola. Esta es una imagen terrible, que no me gusta pensar a mí y que no quisiera que nadie que me quiere pensara, porque duele imaginarse esto. ¿Por qué quisiera implantar esta imagen en la mente de mis amigas? Si de todos modos no pueden hacer nada. Nadie puede hacer nada.


Le pregunté a Felipe si toda la gente del mundo se siente sola y qué tiene que ver el neoliberalismo con eso. Yo lo sé, pero quería dos cosas, mantener una conversación con alguien mientras comía :sola: y saber si me decía algo diferente de los que yo sabía, algo menos desolador del hecho de que se instauró un sistema de valores que promueve el individualismo y que esto nos lleva a la desconexión social. Me contesta eso precisamente, además de información sobre la cultura de consumo, que también ya sabía, y sigue trabajando en resúmenes que nadie leerá. Yo sigo intentando conversar con alguien a través de un estúpido dispositivo móvil que es mi relación más cercana.


Camino por la calle 34 y veo a muchas personas solas. Esta es una de las ciudades más pobladas del mundo y a pesar de eso, todas vamos solas. Ocupando el mismo espacio, pero solas.

Soy

Quién soy. Me mandaron a escribir. Lo estuve postergando muchos días. Sólo hasta hoy que me siento muy miserable tuve el ímpetu de escribir. Puedo escribir de lo que hago, de cómo me siento, de lo que sé, pero no puedo responder quién soy.

¿Qué soy? ¿Quién soy? Soy una mujer. ¿Cómo lo sé? Tengo senos, una vulva, una vagina. Almaceno grasa en las caderas y senos, por si decido ser madre tener fuerza para parir y amamantar. Menstrúo cada mes, esa es la causa de mi estado de ánimo hoy. Tener sexo implica la posibilidad de quedar embarazada y, en mi situación de vida, la necesidad de afrontar un aborto. Si una persona que no es mujer ejerce fuerza sobre mí, me somete.

¿Qué más soy? Creo que soy inteligente. Ese creo está mal. Este escrito no se trata sobre lo que creo que soy, sino lo que soy.  Una vez una amiga me dijo que se sorprendía de la capacidad que tengo de almacenar autores y autoras en mi mente y mencionar citas sobre ellos o ellas. Eso es inteligencia… o memoria. Igual, la memoria es una característica de la inteligencia, creo. No muchas personas tienen un posgrado. Para el posgrado se requiere inteligencia, así que por eso soy inteligente. ¡Ya recordé algo que me satisface! De las clases que he dado sobre lingüística, di una que para mí fue la mejor clase que podía dar. Fue sobre un tema algo difícil y la expliqué de manera sencilla. Eso sólo lo puede hacer alguien inteligente. Las y los académicos a quienes he escrito como posibles directores de mi investigación de doctorado me han respondido afirmativamente, lo cual quiere decir que mi perfil es bueno. Una persona inteligente tiene un buen perfil. Para continuar esta redacción googleé “personas inteligentes ciencia”. Un estudio o algo así dice que las personas más inteligentes nacen en septiembre. Yo nací en octubre.

Soy bonita. Esto es más difícil de argumentar de lo que creí. No estoy segura de ser bella. Creo que soy bonita porque otros me lo han dicho, pero si los elimino junto con sus comentarios, pues no sé. Diría que el estereotipo de belleza es ser delgada y, dado que no soy gorda, soy bella, pero, sinceramente no estoy segura de ser delgada. Otro estereotipo es el cabello liso, ese sí lo cumplo, aunque es corto. Diría que soy blanca, otro estereotipo, pero tampoco estoy segura; soy más blanca que un porcentaje de personas y eso me hace más bella. La belleza se asocia a la juventud, aunque de nuevo no creo poder decir que soy joven, en ese sentido, soy más bella que las mujeres mayores que yo. Ignorando esos estereotipos, me gusta verme en el espejo, me gusta ver mi cara, mi cabello, mis ojos me gustan mucho, mi boca; me gusta verme desnuda. Si tomo criterios completamente subjetivos, pues sí soy muy bonita.

Soy empática. Me duele que las personas sufran. Me enojan las injusticias. Trato de causar el menor daño e impacto posible. Por eso soy humanista y feminista. Me comprometo. Intento ayudar.

Soy divertida. Me alegra ver a las personas reír. Me alegra verlas felices. Hago una broma, espero que las personas rían, lo hacen y soy feliz.

Es todo, creo.

Amor egoísta

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Podría afirmar, sin equivocarme, que sólo hace poco más de un año he empezado a aprender a amar sinceramente. Esto derivado de entender que el amor, para ser rebosante y bonito, debe ser egoísta. ¿A qué me refiero con esto? Sólo cuando comencé a priorizarme fue cuando empezó a sobrarme amor para compartir con los demás. En esta nueva etapa de mi vida me gusta quien soy, lo que hago y los planes que tengo para mi vida. Estoy tranquila y feliz con quien soy. No recuerdo haber tenido una temporada tan larga de relativa paz. No negaré que continúo teniendo momentos de ansiedad, angustia, miedo e incluso tristeza, pero éstos son controlables y con menos frecuencia que hace un par de años. Me asaltan pensamientos de lo perecedera que será esta etapa, pues, cuando menos me lo espere, volveré a aquella insufrible e inagotable tristeza y soledad. Sin embargo, estoy intentando disfrutar esta temporada cuanto dure. Para poder amar he tenido que quererme a mí primero, gustarme quién soy; saber que mis deseos importan, mis opiniones son válidas y mis preferencias óptimas; saber que es legítimo expresar lo que quiero aunque no siempre resulte como esperaba.

Mi mamá, por ejemplo, no tiene ningún pasatiempo, nunca ha acudido a algún curso o clase, no tiene pasión alguna. Por años su rutina ha sido igual: alistarnos para la escuela, alistarse para el trabajo, trabajar prácticamente todo el día, preparar la comida del día siguiente, ver la telenovela nocturna y el noticiero local, y dormirse. Ha hecho grandes esfuerzos por darnos educación, alimentación, vestimenta e incluso diversión. Ella nos ama, de eso no tengo duda. Sin embargo, creo que si ella tuviese algún pasatiempo o motivación personal, podría tener mucho más amor para mostrarnos y compartirnos. Tal vez, si ella hubiese sido más valiente como para mandar el qué dirán al carajo, se hubiese separado de mi papá y cada uno tendría más amor para mí y mis hermanos. Tal vez de esa manera yo podría ser más receptiva al cariño de los demás y no me sentiría incómoda cuando alguien, incluso mis padres, intentan abrazarme o tocarme. Pero estas sólo son conjeturas de una vida que nunca será.

Estos últimos meses de mi vida he amado como no lo hacía antes, amo no para tener a las personas contentas, sino porque me hace feliz consentirlos y dedicarles tiempo, es por MI felicidad. Nunca creí que pudiese amar de esta manera, sin vergüenza; que sintiese la necesidad de abrazar y besar a personas, que lo hiciera de manera pública, expuesta a todos y a lo que podrían decir de mí; nunca creí que quisiera consentir tanto a alguien y hacerlo feliz porque eso me haría feliz a mí. Nunca me imagine que la felicidad de otras personas repercutiría en mi felicidad, me parecía ilógico. 5712669523_300d605eb2_z

He conocido personas muy acostumbradas a amar. Tienen muchas relaciones y amistades; te hacen sentir cómoda al estar junto a ellas; intentan mostrarte su amor físicamente; hacen cumplidos continuamente. Yo creo que tienen tanto tiempo sabiendo cómo amar que ahora les resulta sencillo compartir su amor. Yo, en cambio, me siento abrumada cuando tengo tantas personas a quienes amar y a veces, últimamente con más frecuencia, siento que tanto amor no cabe en mi cuerpo y tengo que expresarlo de una u otra manera. Tal vez a ellas se le enseñó a amar desde pequeñas o se les enseñó a amarse desde niñas; yo, en cambio, apenas esto aprendiendo.

*La primera versión de este texto fue escrita para The Exponent, es una versión religiosa e incluye una traducción al inglés; se puede encontrar aquí: http://www.the-exponent.com/amor-egoista/

Enclenque

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Hoy inicio una sección llamada Etimologías de la Subjetividad, en la cual haré una corta reseña etimológica de vocablos que me parezcan hermosos u horribles. Si alguien desea sugerir alguna palabra, hágalo en los comentarios (sí, me creo que alguien me lee).

Iniciaré la sección con ‘enclenque’, esta palabra me desagrada no sólo por su molesta fonología, sino por el auge repentino que está teniendo entre los intelectualoides que gustan de buscar cualquier detalle para distinguirse del vulgo, del grueso común de la población, por ejemplo mi exnovio, por quien conocí el vocablo y lo odié a la tercera o cuarta ocasión de ser usado por él. Recuerdo que lo utilizaba para describir su etapa en secundaria o preparatoria. Siempre quise decirle que dudaba que él fuese particularmente enclenque durante la secundaria, pues es de esas personas que la única etapa de delgadez la tienen entre los jóvenes veintes o veinticincos, pues antes y después de eso son más bien gordos u obesos.

‘Enclenque’ tiene su primera aparición registrada por la Real Academia Española en el diccionario “Origen y etymología de todos los vocablos originales de la lengua castellana” del Dr. Francisco del Rosal como “apodo a quien es algo enano o anda en cluquillas” con el mismo origen de ésta última palabra. ‘Cluquillas’ o ‘cuclillas’ tiene orígenes refutados en el Nuevo Tesoro Lexicográfico, primero del latín clune que significa ancla, pierna o nalga; después  del griego kyklios que hace referencia a la manera de jugar de los niños (desconozco qué tipo de juegos), y por último del latín clueco relativo onomatopéyico al sonido que hacen las gallinas al poner huevos. Hasta esta primera definición el significado estaba relacionado con la estatura, misma que se pierde al imitar la postura de la gallina o flexionar las piernas bajando las nalgas al ras del piso.

Sin embargo, en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española de 1732, cambia la definición por “falto de fuerzas, muy débil, flaco y enfermo” y el origen que ahora sugiere es del latín clinicus, el cual a su vez viene del griego y significa ‘cama’, ya que quien está enfermo o débil permanece en cama. Este significado relativo a la falta de fuerzas y salud permanece hasta la actualidad pero con variaciones en el origen. En la versión de 1970 se sugiere el origen del provenzal clenc, débil o enfermizo, más certero para mi gusto. Por último, la versión del diccionario de la RAE del 1992 otorga al vocablo un origen incierto, mismo que se mantiene hasta la actualidad.

Útil palabra para utilizar en una noche bohemia.

Empoderemos el vocablo ‘feminista’

 

Los seres humanos amamos clasificar pues da seguridad y poder. Existen clasificaciones para todo y, conforme un tema se vuelve más complejo, adquiere más categorías. El encasillamiento inicia con el nacimiento, niño o niña, luego mujer u hombre; la orientación también se encajona: heterosexual, homosexual, bisexual, asexual y una larga lista más que sólo dicen comprender expertos en género y sexualidad (pansexual, omnisexual, plurisexual, demisexual, hiposexual, grisexual, etcétera);150322_587895327959421_1446839425_n todo se cataloga para facilitar la comprensión. Hay ocasiones en que no se sabe a qué casilla pertenece algo, sin embargo, sí se sabe a cuáles no. El feminismo, como estudio científico de género, ha adquirido diversas corrientes a través de los años, desde las más impetuosas (por no utilizar radicales, ya que considero todo feminismo como radical de acuerdo con las primeras cuatro definiciones que ofrece el DRAE, no con la quinta) hasta las más amables. El problema con estas diversas categorías del feminismo es que si el perteneciente a una de ellas no conoce las demás, podrá recurrir a tildar a miembros de otros tipos de feminismos como ‘no feministas’.

Cantantes y actrices, como Nicki Minaj, Beyoncé y Taylor Swift, se han proclamado feministas y por ello han sido criticadas como mercenarias, ya que se dice utilizan el término sólo para empatizar con algunos sectores y no por pertenecer al movimiento ‘genuinamente’, pero… ¿qué te hace un feminista real?nicki_minaj_anaconda A lo largo de su carrera, Nicki Minaj se ha nombrado feminista, pero ¿cómo es posible que una mujer quien cumple con el estereotipo sexual del deseo masculino y quien no muestra sororidad alguna en sus letras, sea feminista? Gran parte del feminismo de Nicki Minaj se adapta a algo que me gusta llamar “feminismo inconsciente”, termino que utilizo para denominar actos de feminismo que no se hacen como protesta o explícito acto perteneciente al movimiento, sin embargo, empoderan al género femenino. Nicki Minaj con su hipersexualismo transmite que la búsqueda de la sensualidad, no por atraer la atención del género masculino, sino por el simple hecho de amar nuestro cuerpo y darle placer, es correcta; con las letras de sus canciones transmite que el deseo sexual también es tema femenino. Así me siento identificada cuando admiro mi cuerpo, cuando me veo en el espejo y me gusta lo que veo: mi vientre, mi color de piel, mis senos, mi clavícula y mi esternón; cuando quiero mantener mi cuerpo saludable y bello para seguir amando lo que veo. Nicki Minaj, mujer negra triunfando en una industria musical exclusiva para los hombres, ilustra la posibilidad de toda mujer de apoderarse de cualquier área, a pesar de las ininterminables críticas. Así el feminismo inconsciente está presente en actos de mujeres de todos los sectores que no se han proclamado feministas, ya sea por desconocimiento o por decisión, pero reclaman el valor del género femenino. Por ejemplo, aquellas mujeres quienes tienen que recorrer calles a pie y no escatiman en responder a hombres que las insultan o intimidan en las calles, apropiándose así de su derecho de transitar sin ser molestadas; o aquellas que sin importar que usarán transporte público o caminarán por el centro de la ciudad, se visten como quieran, negando el miedo y reclamando el derecho a usar la ropa que gusten.1896735_593032157445738_1051638449_n Yo dejé de depilarme los muslos y mi razón está muuuy alejada de una protesta al prototipo de mujer perfecta lampiña, lo hice porque amaba cómo los delgados vellos de esta parte de mi cuerpo resaltaban en mi blanca piel y cómo el sol hacía que brillaran. Esa fue mi razón y no me importó nada más, con la decisión manifiesto al mundo el poder que tengo sobre mi cuerpo y cómo desatiendo los estereotipos. Sin embargo, continúo depilando los vellos de mis chamorros, no porque me importe la crítica que podría recibir, sino porque me desagrada que los vellos en esa zona crecen gruesos y pican; sigue siendo mi decisión. Con estos actos considero que las mujeres marcan una pauta al manifestar al mundo que ellas deciden sobre su cuerpo y su vida. Considero además que, en algunos casos, estos actos inconscientes de feminismo pueden tener más energía y con ello más efectos que las expresas demandas feministas. Conocer a una chica que reconoce su belleza, inteligencia y salud mental transmite fortaleza en todos los ámbitos en que se desenvuelva.

Por último, quiero resaltar lo absurdo que me parece esta ola de mujeres y hombres evitando proclamarse feministas debido a la propaganda negativa que se ha hecho al concepto o al miedo que se tiene por algunos tipos de feminismos. He presenciado pláticas en las cuales una mujer niega ser feminista por la presión irónica de sus compañeros, usualmente varones, optando por proclamarse “humanista”, al considerarlo un término más amable. En las redes sociales existe una persecución y mofa a perfiles feministas, cayendo en insultos y 12208719_934717799942259_1153782747558576401_nagresiones. ¿Acaso no es obvia la imperante desigualdad de género? ¿No es obvio que a todas las acciones afirmativas que las legislaturas –locales y federal- intentan imponer no son suficientes para fomentar la igualdad en varias instituciones? ¿Las personas que critican el feminismo nunca han escuchado la intimidación que sufre una mujer al caminar por la calle? ¿Acaso se tapan los oídos y cierran los ojos cuando la opinión de una mujer es minusvalorizada SÓLO por su género? ¿Tan idiotas son para comparar los miles de feminicidios ocurridos en el país con los, igual de trágicos pero de otra especie y causa, homicidios de hombres por mujeres? Cualquiera que se atreva a decir que en el mundo actual existe igualdad de género carece por completo de empatía, cualquiera que se mofe de una persona por proclamarse feminista no merece respeto alguno. Soy feminista y no pienso temer más por admitirlo. Soy feminista porque sé que el régimen patriarcal también afecta la libre decisión de mis amigos y conocidos varones, quienes tienen impedido mostrar sentimientos y debilidad, quienes deben mantener un pesado disfraz de fuerza. Soy feminista porque no quiero sentir más pena de mi sexualidad y mi manera de expresarla. Tal vez no tenga un manejo científico de la teoría feminista y sus diversas ramas; tal vez para muchos sectores feministas mis premisas puedan ser criticadas como heteropatriarcales y falocéntricas, sin embargo, soy feminista. Creo que lo peor que han hechos diversos feminismos es segregar, dividir el movimiento; cuando, desde mi perspectiva, la mejor manifestación de feminismo es el feminismo pedagógico, aquel que sabe que todos nacimos en este mismo mundo patriarcal y todos, hombres y mujeres, recibimos educación misógina, ya sea en nuestra casa, escuela o entorno general, por lo tanto, todos debemos aprender cómo construir un mundo igualitario, donde se tenga acceso a las mismas oportunidades sin importar qué genital se tenga entre las piernas. Sé que de cualquier feminismo se puede obtener frutos, desde el lesbofeminismo terrorista hasta una plática de chicas clasemedieras en un fancy café, sólo hay que tener criterio. Por eso concluyo con la invitación a todo aquel que reconozca la desigualdad social y se indigne de ella a proclamarse sin miedo ni vergüenza como feminista, y así reivindicar el concepto, arrebatándoselo a aquellos que se burlen de él o a aquellos que crean tener la última palabra en cómo se debe comportar un feminista.

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Vocativos

Recuerdo la primera ocasión en que utilizaste un vocativo diferente a mi nombre para nombrarme, me llamaste ‘nena’. El mundo se paralizó, no sabía cómo reaccionar. La costumbre dictaba reclamarte que yo no era una ‘nena’, que mi nombre era ‘Denisse’ y así quería ser llamada. Sin embargo, no sentía el enojo característico de los precedentes. Opté por ignorar tu atrevimiento, cuando en realidad acababas de detener mi corazón.

Tú puedes llamarme como quieras: ‘Denisse’, ‘nena’, ‘guapa’, ‘mi amor’, ‘perra’, ‘señorita’; si viene de ti, todo me gusta.

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